Arañas vasculares

Aunque no tienen importancia clínica, sí tienen un alto componente estético. Las sufren sobre todo las mujeres, a partir de los 35-40 años, y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, especialmente en el rostro o las piernas.

Las arañas vasculares se presentan de formas diferentes: ramificadas, en forma de araña o como líneas dentadas. Su aparición se debe a un aumento de la presión sanguínea de las venas y, aunque se desconoce la causa concreta, hay varios factores que pueden desencadenarlas como la obesidad, el sedentarismo, el embarazo, el envejecimiento, el tabaco o la genética.

Aunque no suponen un problema de salud, a veces pueden ser dolorosas y producir tirantez, ardor o pesadez.
Se pueden corregir sin riesgo y con gran efectividad gracias a la técnica laser.
Al aplicar ese pequeño haz de luz concentrado sobre la lesión vascular, se produce una coagulación de los vasos sanguíneos de la piel con la consiguiente desaparición de los mismos.
Tras el tratamiento, la piel recupera su belleza y tonalidad natural.
Normalmente tres o cuatro sesiones de unos 15 minutos bastan para corregir una lesión y entre las sesiones debe transcurrir un período mínimo de dos semanas.